viernes, 15 de julio de 2011

ANTONIO VIVALDI: GLORIA en Re Mayor, RV 589.

El Gloria RV 589 de Antonio Vivaldi. Dos Versiones, La versión de John Eliot Gardiner con The English Baroque Soloists y el Monteverdi Choir. Y la versión de Trevor Pinnock y The English Concert. Quizás la mayor y más importante obra Sacra de Vivaldi.





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En esta obra encontramos un ejemplo de la provechosa unión entre el arte musical y la religión. La religión es una de las características y fundamentos esenciales de los seres humanos desde el principio de su historia. Y uno de sus los logros o mayor aportación a la cultura humana ha sido, sin duda, su mediación o inspiración para la creación artística en todos sus campos. El arte religioso representa la búsqueda de respuestas a una compleja y esencial relación con el universo y los misterios de lo divino. Los mimbres con que tejer esa creación artística, derivados de lo divino y sagrado, son los conceptos y sentimientos básicos y esenciales para el hombre y que la religión aglutina, ordena e intenta definir basándose en la fe y los sentimientos mas íntimos y profundos del ser humano. Conceptos de conciencia de la última realidad, de identidad, de verdad, de trascendencia. En definitiva, toda una serie de conceptos de tipo existencial, moral y sobre todo espiritual que intentan mostrar el Camino hacia la plenitud y respuesta a las preguntas esenciales e innatas del hombre: ¿Qué somos? ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí?.....

El arte “mágico” de la música se adapta perfectamente a las necesidades de explicación o conocimiento de estos planteamientos religiosos de carácter espiritual y que todas las palabras o liturgias basadas en ellas son incapaces de describir y de hacer llegar al hombre en toda su plenitud.

Richard Wagner, en su artículo sobre el arte religioso y a pesar de su rechazo a todo lo que es religión y especialmente religión cristiana, escribe:

“Sólo en la música, la lírica cristiana llegó de hecho a un propio y verdadero arte. La música eclesiástica era cantada sobre las palabras de los conceptos dogmáticos; pero en su efecto fónico desenlazaba y diluía las palabras, junto con sus conceptos, hasta anular su inteligibilidad, ofreciendo a la sensibilidad extasiada de los oyentes el contenido emotivo. En términos rigurosos, la música es el único arte que corresponde perfectamente a la fe cristiana…


………es necesario reconocer que la música revela la verdadera sustancia de la religión cristiana, con incomparable plenitud.

…….virtud de la imagen sonora completamente lejana del mundo de las apariencias, incomparable con todo elemento real, penetrando en nuestro espíritu como por encanto..."


¿Pasaje celebratorio?, ¿Himno?, ¿Cántico?, ¿Espiritualidad?.....Parece como si el Gloria necesitase la Música y la Música necesitase el Gloria!. La música y su imaginación sonora se ponen al servicio de la religión, en una especie de simbiosis perfecta, para ayudar a conseguir los objetivos de esta. Si a esto le sumamos las características artísticas propias del periodo barroco; dramatismo, originalidad, dinamismo, expresividad, virtuosismo, exageración, creatividad. Nos encontramos con un caldo de cultivo que produjo las mejores obras musicales Sacras, no solo de este periodo, si no de todos los tiempos. Llegando a la culminación, nunca superada, con ese “monumento sonoro” que es la gran Misa en Si menor BWV 232 de Johann Sebastián Bach.

El rito o liturgia de la misa es una de las herramientas de la religión cristiana, basados en la liturgia de la palabra, para intentar hacer llegar la palabra de Dios y sus respuestas a los hombres. Y entre las partes de la misa está el Gloria: Pasaje celebra torio de la gloria de Dios y de Cristo. El Gloria tiene como objetivo hacer que los fieles reunidos constituyan una comunión y presentándole sus suplicas se dispongan a oír la palabra de Dios. Es un texto muy antiguo e inmutable, nunca puede cambiarse, un venerable himno. Un ejemplo de todo esto es el Gloria RV 589 que comentamos aquí.

Hay muchas incógnitas sobre el Gloria o los Glorias de Vivaldi, hay al menos dos mas. El RV 588 y el desaparecido pero catalogado RV 590. Del Gloria Vivaldi existen muchas dudas, como fecha real de composición, motivo, si son partes de una misa completa que se ha perdido o era un obra completa en si misma, etc. Parece que el RV 589 se escribió sobre 1715 para el coro del Ospedale della Pieta, donde trabajaba Vivaldi. Un manuscrito del RV 589 fue encontrado en 1920, de la cual Alfredo Casella hizo una versión muy revisada y adaptada que se interpreto en 1939 en Sienna. Pero no fue hasta 1957 que se publicó la versión original y se realizo su primera interpretación en Nueva York.

Sea como sea, estamos delante de una gran y maravillosa obra maestra, modelo del barroco Italiano y que influyo decisivamente en músicos contemporáneos o posteriores como Bach.
Las partes que componen El Gloria son:

      I.Gloria in excelsis Deo,
      II. Et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
      III. Laudamus te,
      IV. Gratias agimus tibi.
      V. Propter magnam gloriam tuam,
      VI. Domine Deus, Rex caelestis,
      VII. Domine fili unigenite, Jesu Christe,
      VIII. Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
      IX. Qui tollis peccata mundi,
      X. Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
      XI. Quoniam tu solus sanctus,
      XII.Cum Sancto Spiritu.
 


Comentamos alguna de las partes, aunque todas son excepcionales.
I. GLORIA IN EXCELSIS DEO. (Coro)

En este primer tema introductorio se expresa la Gloria del Señor. Se hace con toda la fuerza expresiva de la orquesta al completo buscando ensalzar la figura divina. En general es un Gloria simple, directo y honesto. Con los vientos y las trompetas de los Ángeles celestiales delante, saludando y ejecutando dos motivos sencillos y cortos pero fuertes que abren el camino al Gloria cortado y fuerte del Coro. En el In excelsis deo, las notas del coro se alargan, profundizándose, como contraste a su brevedad cuando dicen Gloria, otro juego tipico del barroco. El movimiento evoluciona mediante un dialogo de respuestas entre los vientos, las cuerdas y el coro. En definitiva un Gloria, majestuoso y excitante.

II ET IN TERRA PAX. (Coro)

Et in terra pax hominibus bonae voluntatis. Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Pues si, Vivaldi nos da Paz y serenidad como contraste a la apertura inicial.
En un tono mas profundo (Si menor) y la orquesta sólo con las cuerdas y el órgano. Las cuerdas inician un precioso canon (parece la repetición de una oración) entre las dos secciones de violines cuyas frases melódicas al final se fusionan preparando la entrada del coro. Entra el coro por partes, hasta cuatro voces, primero los hombres y después las mujeres, de grave a agudo ascendiendo para acercarse al cielo. Las cuatro voces van independientes en el “momento recitativo” y de la orquesta, esto crea una sensación de movimiento perpetuo y una gran densidad y pureza celestial. Las voces femeninas vas ascendiendo de tono mientras que las masculinas van descendiendo creando un efecto de la dificultad y penitencia de este intento de aproximación a Dios, esto con algunas alteraciones harmónicas creando cierta tensión y desequilibrio, desequilibrio y debilidad de los hombres. Llegando a unas modulaciones finales que llevan todo el tema al Climax final, subiendo, incluso más si cabe, el nivel de espiritualidad y sensibilidad. En definitiva bellísima composición de gran profundidad y espiritualidad de Vivaldi.

VI DOMINE DEUS, REX COELESTIS. (Soprano)

Vuelve el contraste que se muestra en todo el gloria, resultado del característico uso de “los afectos” tan propio del Barroco. Aquí con una música de cámara, para soprano, oboe y continuo. Como un aria para soprano. Abre el Oboe, con una melodía preciosa, muy expresiva, lírica y sensible acompañado en bajo continuo. El oboe como representación del sentimiento más terrenal y humano. Al finalizar el oboe, entra la soprano, en modo contestación, también muy expresiva y solamente acompañada por el bajo continuo, elevando el sentimiento y dando muestras de la paz y luz divina. Toda esta parte es un fantástico dialogo entre el oboe y la soprano, casi siempre con voces solistas diferenciadas (lo terrenal/oboe y lo divino/soprano) que únicamente en los compases centrales se encuentran y van unidos. Al final queda la humanidad del oboe repitiendo el tema principal en soledad.

VII DOMINE FILI UNIGENITE. (Coro)

Después de haber atravesado el centro de todo el Gloria con la sublime pieza anterior y como contraste a esta. Se produce un cambio de registro en este Domine Fili Unigenite. La alegría vuelve resaltando la gloria de Dios, la alegría de tenerlo y de ser sus amados hijos. Es la pieza más brillante, rítmica, majestuosa y dinámica del Gloria. Como estar con los brazos extendidos en la cima de una montaña! Introducen las cuerdas rítmicamente acompañando a los violines de solistas. Entra el coro primero con las dos voces masculinas y posteriormente las dos femeninas, ascendiendo. Se produce “un juego” entre las cuatro voces del coro que van realzando el carácter dinámico y rítmico de toda esta parte. Se produce uno de los momentos con más luz y esperanza de todo el Gloria.

VIII. DOMINE DEUS, AGNUS DEI. (Contralto y Coro)

Petición de compasión y misericordia presentado sobriamente y húmilmente. Entra el Chelo y el órgano en “bajo continuo” marcando el camino con un fraseo “humano” y terrenal. Se eleva por encima la contralto con la primera estrofa, se eleva por encima describiendo la pureza de Dios; “Domine Fili unigenite, Jesé Christe. Domine Deus, Agnus Dei, Filius Patris.”. Continúan de la mano, mostrando sus sentimientos humildemente, hasta la entrada del coro, con su suplica de perdón, “Qui tollis percata mundi, miserere nobis…” primero piano y en crescendo. Esta entrada del coro se produce conjuntamente con la entrada de las cuerdas dando así más fuerza y dramatismo a su pericón de perdón. Esta estructura se repite varias veces, contralto/chelo-coro/violines, contralto/chelo-coro/violines, en forma de dueto y dialogo. Subiendo en dramatismo y desesperación hasta que al final se vuelve a quedar solo el chelo, en soledad con el mismo tema inicial. Sublime!


XII CUM SANCTO SPIRITU. (Coro)

Es la conclusión final, y cierra el Gloria de una forma exultante y majestuosa. Es un claro ejemplo del dinamismo y ciencia en el barroco. Entran primero las voces graves masculinas con el Cum Sacto Spiritu, con notas largas y sostenidas, rápidamente y con las voces masculinas de soporte, entran las primeras voces femeninas con un Cum Sancto Spiritu con notas cortadas acentuadas y punteadas. Se añaden las dos voces restantes, masculinas y femeninas, pero ahora a capella sin orquesta ni bajo continuo. Las cuatro voces van evolucionando en fuga hasta el Clímax, que se produce con la entrada de toda la orquesta cerrándose la primera parte. En la parte central se queda sola la orquesta con varios instrumentos solistas que van recitando temas expuestos por los coros en la primera parte. Todo el tema evoluciona hasta que las cuatro voces se unen para cantar el Cum Sancto Spiritu y el AMEN final.

En definitiva una de esas obras indispensable y maravillosa, que al escucharla y conocerla podemos estar seguros que ampliara nuestro conocimiento sensitivo y nos acompañara durante toda nuestra vida.


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2 comentarios:

  1. No tenia la de Pinnock. Creo que es la mejor.

    Garcias
    Javier

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  2. Gracias! Tanto tiempo buscándola
    Excelente aporte

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